Wednesday, August 16, 2006

LA HUMANIDAD DEL FUTURO

LA HUMANIDAD DEL FUTURO
¿ATEOS, AGNÓSTICOS, LAICOS O RELIGIOSOS?

El hombre aparece en este universo en el planeta Tierra, dentro de un sistema que llamamos Solar y dentro de la vía Láctea hace ya bastantes cientos de miles de años.
Y aparece con capacidad de entender su entorno y modificarlo, porque dispone de la función fundamental de aprendizaje, dada sus elevadas capacidades de inteligencia, de memoria y de espiritualidad que son algunas de sus características propias.
Pero que es el hombre, de donde viene, a quien debe su existencia y sus características, nada sabemos con certeza.
Lo cierto es, que debido a esas fabulosas características y debido también a su falta de conocimiento, el hombre ha ido viviendo, creando las herramientas físicas y metafísicas necesarias para hacerlo en sociedad lo mejor posible, pero siempre y por lo general, escogiendo caminos que no llevaban, ni llevan a ninguna parte y que mueren a los pocos cientos de años de comenzar.
Baste recordar, todos esos imperios y sociedades que se creían perfectas y fuertes como egipcios, romanos, griegos, españoles, etc. y que después, en poco tiempo, saltaron por los aires, porque su evolución no era posible sin su autodestrucción.
Pero curiosamente, una característica mantenida por todos ellos, era y es su religiosidad, que han ido cambiando a medida de su conocimiento y experiencias.
De todos es sabido la adoración a los astros estelares de los egipcios, a los dioses de leyenda de los romanos y a los dioses casi humanos de los judíos y cristianos, pasando por esos dioses animales de todo tipo de ciertos países y continentes orientales, etc.
Pero por desgracia, esas religiones de todos los pueblos en general, no solo satisfacían la característica innata de espiritualidad del hombre, sino que la mayoría de las veces, servía también como herramienta de poder y de sometimiento al libre pensamiento y al conocimiento, incluso con la fuerza y el asesinato como ha sido el caso judío-cristiano.
Todos recordamos la actuación asesina de la “Santa Inquisición Católica” en Europa, que quemó vivo hace ya casi 400 años al filósofo y científico Giordano Bruno y que a punto estuvo de quemar vivo también a Galileo Galilei.
De hecho, la religión es un conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor de la conducta individual y social y de prácticas rituales para darle culto, inventadas por alguien que se erige en sumo pontífice de esa religión, aunque para disimular y hacerlas más creíbles, todas dicen que son dictadas o escritas por el mismo Dios, dadas al pueblo escogido correspondiente.
¿Pero que credibilidad pueden tener estas religiones para ser ciertas, en un mundo y universo definido por la física teórica actual, como regido por modelización matemática, donde la casualidad, los milagros (entendidos estos como hechos de probabilidad matemática cero), la creación espontánea y la incertidumbre, son imposibles?
En principio, ninguna de forma absoluta, pues la probabilidad de que alguna de estas religiones así concebidas, pudiera ser cierta, es cero, dada la imposibilidad matemática de existir con viabilidad, pues todas están basadas en una generación casi espontánea, en ausencia de conocimiento, más guiadas por sensaciones, emociones, ideas interesadas, trances o misticismos insolventes y casi enfermizos.
Pero si todas las religiones son falsas e inciertas..
¿El hombre y la sociedad deben de ser agnósticos, entendiéndose como agnosticismo la teoría que niega a la inteligencia humana capacidad para conocer la existencia de lo absoluto, de Dios y de sus atributos?
De ninguna manera, pues de hecho, la física teórica actual ya contempla la posibilidad de un “actor” o “creador” para el universo, que lo pone en marcha a voluntad, acabándose después automáticamente, como se acaba la mejor película de Almodóvar, llegando incluso a conclusiones enigmáticas, como que la esencia de la materia es el mismo estado material de ese actor o creador que ya llamamos “cónido”.
¿Y deben de ser ateos, entendiéndose como ateo el que niega la existencia de Dios?
Como vemos, de ninguna manera, pues la física teórica, la que proporciona el conocimiento necesario para entender la materia y el universo y todo su contenido tanto a nivel físico como metafísico (1), no niega la existencia de Dios, al revés, la define a través de ese “actor” o “creador”.
¿Y deben de ser entonces laicos, entendiendo el laicismo como doctrina que defiende la independencia del hombre o de la sociedad de toda influencia religiosa?
Esta claro, que esta palabra puede ser entendida de dos formas, pues si la religión da por seguro la existencia de ritos y doctrinas religiosas particulares, en general todas inciertas y falsas como decimos, la sociedad si debería ser laica.
Pero también puede ser entendida como que la religión da por seguro la existencia de Dios y el laicismo, según la definición anterior, no y por tanto, el hombre y la sociedad, no pueden ser laicos ya que evitarían la influencia de ese Dios (actor o creador) que ya define la ciencia física teórica actual.
¿Y deberán ser por caso religiosos, pero con creencias más ciertas basadas en el nuevo conocimiento que se avecina?
De ninguna manera, pues como la definición de la misma religión dice, hace imposible que el hombre y la sociedad del futuro puedan ser religiosos, dado de que estamos hablando de la existencia de un “Dios” físico y metafísico, hecho materia, por la agregación de partículas fundamentales o cuerdas dinámicas de cónido o de su esencia, con características propias, que evoluciona bajo modelización matemática, en una increíble metamorfosis, que surge por la “elección” o “ajuste” del valor apropiado de un parámetro o característica de esas partículas, la base de tiempo de su vibración, que coincide con la de nuestro estado y universo.
Pero que en cualquier caso, ese Dios, no necesita de creencias, dogmas, misterios, sacramentos, ni evangelios acerca de la divinidad, ni tampoco de sentimientos de veneración y temor de la conducta individual y social, que corresponden enteramente a la sociedad y su conjunto, ni tampoco por supuesto, de prácticas rituales para darle culto.
Y por tanto el hombre, la sociedad y la humanidad, no necesitan, ni necesitarán, de ninguna religión para existir y evolucionar y cumplir su cometido en este universo, que no es otro, según esta nueva ciencia física teórica moderna, que ser las manos de ese propio Dios o Creador.
Resulta triste y paradójico, que la humanidad esté matándose en guerras fraticidas, bien por intereses, por ideas, por creencias religiosas, por el poder, por la energía (cuando la materia la tiene de forma inmensa e inagotable) o bien por el mercadeo de cualquier cosa, despreciando la vida y la sociedad, cuando esa ciencia física teórica, está valorando nuestra existencia como algo extraordinario y perfecto, no ya porque nuestro origen actual sea un hecho extraordinario de probabilidad casi cero, sino porque además, la perfección y variedad de los distintos y diferentes seres vivos en general y sus mecanismos fisiológicos en general, nos hace suponer que este estado o ciclo universal, es la culminación de millones y millones de otros anteriores que se han sucedido durante un tiempo casi infinito, que no se repetirá tan fácilmente, por lo menos, no antes de ese casi infinito tiempo, y por lo que deberíamos de sentirnos infinitamente privilegiados de existir y de poder vivir en ésta perfección maravillosa, que la mayoría no sabe o no puede entender.
En cualquier caso como vemos, ninguna de estas palabras servirá para definir al hombre y a la sociedad del futuro, porque entre otras cosas la humanidad del futuro no será con toda certeza, ni religiosa, ni laica, ni agnóstica, ni atea.
La humanidad del futuro solo y sencillamente será una parte más, una herramienta o quizás, las mismas manos de ese Creador.
FCO MORENO MECO
Ingeniero, Científico e Investigador de la Materia y la Energía
mteasl@hotmail.com