CIENCIA, CONOCIMIENTO Y FUENTES DE ENERGÍA
Recientemente se viene utilizando la palabra ciencia para definir el último eslabón de la verdad absoluta de las cosas y se recurre a ella para definir lo que es bueno y lo que es malo o dañino para las personas o para la sociedad y sobre todo, para explicar el porque de los avances tecnológicos o simplemente biológicos.
Así, se suele decir a menudo, eso de que “la ciencia no tiene evidencia de…..” y a continuación, los interesados incluso por desgracia la misma justicia, emplean esa afirmación en su interés, como por ejemplo en las radiaciones de microondas de las antenas de telefonía móvil, para definir o sentenciar que no son dañinas.
Sin darse cuenta o sin querer darse cuenta, a pesar de la evidencia, de que esa ciencia es sencillamente ignorante de la realidad física que nos rodea. Pues curiosamente, esa ciencia tampoco puede evidenciar lo contrario, motivo por el cual no debería de ser tenida en cuenta, ya que los casos de cáncer alrededor de ellas si son reales.
Y lo cierto es, que la ciencia tal y como se suele definir tan repetitivamente, no deja de ser una herramienta más que nos acerca a ese conocimiento soñado, pero de forma muy lenta, primitiva e incompleta.
Ahora se está construyendo el acelerador de partículas más grande imaginado, como respuesta a los supuestos éxitos del registro de un innumerable número de partículas que los responsables de los mismos, han ido catalogando basándose en unas cuantas leyes y teorías físicas concretas, limitadas y la mayoría de las veces erróneas, como ahora se está demostrando, como son el caso de la gravitación o la relatividad.
¿Conseguiremos más conocimiento de la física fundamental haciendo chocar partículas entre sí, en esos inmensos aceleradores?
Parece evidente que no, pero siempre queda la posibilidad, de que alguno o algunos en grupo de determinadas creencias, pueda ver gravitones o bosones en esos astillamientos de subpartículas originadas después de una colisión y cuya existencia no suele durar ni millonésimas de segundo, como ocurre con los mismos mesones o con lo que llaman superficialmente “antimateria” y después, acoplarlos a sus teorías que no tienen porque ser reales, ni verdaderas, a pesar de que lo digan en grupo, como es el caso de la absolutista, partidista, truculenta e interesada ciencia oficial judío-cristiana, que lleva machaconamente acaparando o usurpando, el conocimiento de lo que llaman ciencias físicas y del espacio, desde hace más de 2000 años y más recientemente, con la implantación a toda costa y por “narices” (antes era por la hoguera) de las falsas y erróneas leyes y teorías newto y esinsteinianas, como ahora puede comprobarse, supuestamente desarrolladas por ellos y sus fieles o adeptos, que encajan a la perfección con sus creencias igualmente falsas y erróneas.
Pues es evidente, que si todo evoluciona y funciona desde una explosión inicial de materia muy resumida y concentrada y que llamamos big bang, está claro, que si una teoría física no puede explicar todo el funcionamiento de la materia, de la vida y del universo, será solo especifica y por tanto incompleta y con toda seguridad errónea, como está ocurriendo con la relatividad o la misma gravitación “universal”, por mucho que se empeñen en definirla como “ley”, como si fuese irrefutable, cuando la verdad es que ahora se empieza a comprobar la falsedad de las mismas.
Estos días el catedrático de Historia de la Ciencia en la Universidad Autónoma de Madrid, miembro de la Real Academia de la Lengua desde 2003 y ganador de premios como el Ortega y Gasset de Ensayo y Humanidades por su libro El siglo de la Ciencia (Taurus) y autor de más de veinte publicaciones y que es uno de los máximos representantes de la Ciencia del siglo XX D. José Manuel Sánchez Ron dice en una entrevista en la revista “LEER”, que a estas alturas de la ciencia no es presumible la aparición de nuevas fuentes de energía o no se esperan nuevas fuentes de energía de la materia y suponemos que lo dice, porque ya se habrían encontrado, si tenemos en cuenta según él, el “inmenso conocimiento que ahora tiene la ciencia de la materia y de la física”.
Pero esta afirmación, fruto de ese concepto equivocado que se tiene de la ciencia como paradigma universal y de la verdad de todo, es precipitada y falsa, entre cosas, porque el conocimiento de la materia esta en mantillas a pesar de los avances tecnológicos.
Existe una lista innumerable todavía del desconocimiento de la materia, empezando por la gravitación y terminando por las ondas de microondas de los teléfonos móviles por ejemplo.
Al día de hoy, esa ciencia todavía no puede explicar fenómenos naturales como la gravedad, los colores, el arco iris, el radiómetro solar o el sencillo color blanco de la espuma del agua y ya no digamos de la expansión acelerada del universo o el porqué del origen de tantas estrellas y galaxias en el universo por ejemplo.
Y curiosamente, algunos fenómenos que intentan explicar, como el caso de la formación de los sistemas solares mediante el colapso gravitacional y la fusión nuclear como origen de la energía del Sol o de la estrella, o el calentamiento global por el efecto invernadero, no dejan de ser meras elucubraciones totalmente falsas, como ya se demuestra con la física teórica de la nueva teoría Unificada Física de Cuerdas CFD. (1)
Y ya no digamos de las explicaciones dadas para los fenómenos anteriores o incluso para la curvatura de la luz por los cuerpos masivos, cuando hasta un niño en el colegio puede comprobar, como su lapicero se hace más delgado al ponerlo simplemente a contraluz, al curvarse los rayos luminosos por interacción con los átomos del lapicero.
Una ciencia teórica física unificada es tan necesaria o más, que esa ciencia práctica y rudimentaria para el conocimiento de la materia y de ello estamos todavía por desgracia en mantillas y por ende, del conocimiento de la materia también.
La teoría unificada CFD por ejemplo, ya define el funcionamiento del Sol y de las estrellas así como las fuentes de energía RME del futuro de la humanidad y explica el calentamiento global inexorable. Explica la expansión acelerada de los componentes del universo, la vida y el mismo universo en sí y explica los modelos matemáticos por los que necesariamente se rigen. (1)
Por tanto, no es cierto que la humanidad esté condenada ya de antemano por esa ciencia y grupos de científicos a vivir con la energía de la leña, del viento o de las mareas, totalmente insuficientes y menos con la energía nuclear de fisión, tan súper peligrosa y súper costosa o con la famosa fusión nuclear, tan imposible.
Como vemos, el conocimiento no solo es ciencia física a secas y obrera sin más, sino también ciencia física teórica y aquí no caben medias tintas, porque no son posibles muchas teorías como las de Newton, Heisenberg, Einstein y de toda esa pleyade de dudosos premios nobeles, siempre de las mismas universidades afines, totalmente aparentes e inconexas, sino sola una.
Un edificio no se hace tirando ladrillos contra la pared haber si se fijan solos o colocando baldosas anárquicamente, se hace con un verdadero y perfecto proyecto inicial, que en el caso de la materia, de la vida y del universo, es lo que llamamos teoría unificada de la física, donde cabe por igual, la evolución de la misma materia y la existencia de un “actor” o lo que vulgarmente se llama “creador”, con la única capacidad de decisión de “apretar un botón” para que todo funcione maravillosamente entre casi infinitos tiempos de duración, porque parece ser, que él es la misma esencia de la materia que existe y del universo.
FCO MORENO MECO (1)
Ingeniero y Científico