NATURALEZA DE LA ENERGÍA
(DOS MODELOS
DE ENTENDER LA MATERIA)
En el siglo pasado, la ciencia física oficial dijo que la energía de la materia se regía por la ecuación E = m∙c2 sin tener en cuenta, ni la entropía de la materia, ni la del sistema ambiental, ni la del universo y dijo también, que era debida a Einstein y su teoría de la Relatividad, para intentar explicar el porqué de la inmensa energía que salía de las reacciones nucleares de fisión y de las bombas atómicas, diciendo a su vez, que existía una balance sobrante de masa en esas reacciones, que se convertía en energía sin más, pero no explicaban cual era el mecanismo de esa conversión o transformación.
¿Por qué ese exceso de masa se convierte en energía y no en más masa, que “engorde” los átomos, las moléculas y los cuerpos? ¿Y porqué esa energía sale casi instantánea y no dosificada poquito a poco, por ejemplo?
En este siglo la Fundación Cónido, especialista en física teórica y que trabaja en la teoría Unificada Física de Cuerdas CFD desde hace ya nueve años con pleno éxito, pudiendo justificar cualquier fenómeno de la materia, de la vida y del universo, no solo corrige esa ecuación de la energía, sino que además, explica porque y como se origina esa energía.
Sin poder entrar en muchos detalles, a nivel quántico, se comprueba que el átomo se rige matemáticamente por la siguiente ecuación fundamental E∙C = ½ m∙c2 = k0
que en un sistema ambiental casi constante como el nuestro, donde la entropía parece que permanece también así, C puede ser aparentemente considerada una constante y entonces, E = k∙m∙c2 que viene ha ser muy parecida a la primera, de la que por cierto, parece que no existe una deducción directa y coherente basada en el funcionamiento de la misma materia.
Pero claro, la diferencia fundamental entre las dos teorías, es que la primera considera la masa y la energía comos dos estados distintos de la materia o entidades distintas en si, de tal forma, que se pueden transmutar una en la otra y viceversa, mientras que la segunda, las considera dos características independientes de la materia o de las partículas fundamentales y elementales.
Así, en el primer caso, la masa sobrante de la reacción nuclear se transforma en energía, no se sabe como y sin tener en cuenta de forma global, ni la entropía, ni las características de la unidad de la materia, que es el átomo y además, sin saber donde va esa energía recién originada.
En el segundo caso, la masa sobrante, que es en realidad un numero inmenso de partículas elementales que se desagregan de los átomos originales y que se agregan o encajan por interacción, casi instantáneamente en los átomos finales, cambiando su energía interna y dando como resultado una inmensa expresión de energía o trabajo mecánico al cambiar el estado de esos átomos y de esos cuerpos, al final, esa energía desaparece, como no puede ser de otra forma en su sistema entrópico, pero las partículas no, porque se han ido pasando de átomos muy calientes a átomos más fríos y de ahí, ha viajar por el espacio a formar parte de la corteza del universo, causante de la exogravitación o expansión acelerada de los componentes del universo.
Y por tanto, existe un balance universal del número de partículas fundamentales, que no puede cambiar, ni desaparecer, así como de sus características, incluida la masa y la energía fundamental, pero no necesariamente de esa energía de la que venimos hablando y que se llama de interacción para diferenciarla.
Por tanto, como vemos y según la Fundación Cónido, la energía, esa energía que conocemos, no es más que la expresión de un cambio o incremento o decremento del número de partículas elementales del átomo.
Es como cuando un crío tira una piedra y rompe un cristal, la expresión de la energía es el cristal roto, que ha necesitado una fuerza importante para hacerlo, originada por el cambio de la piedra de un sitio a otro y donde curiosamente desaparece la energía, pero no la piedra.
Y por tanto, en el universo y alrededor nuestro, siempre existen dos tipos de energía:
-- la fundamental, que es una característica de las partículas fundamentales, y que no se puede crear, destruir o transformar, al igual que las partículas que la contienen
-- la de interacción, que es igualmente una característica evolucionada de la materia de interacción y fundamentalmente del átomo, como unidad de esa materia, y que en éste caso, si se puede crear, destruir y transformar.
Y curiosamente como vemos, ahora surgen dos principios muy distintos de la conservación de la energía, aunque alguno muy sutil podría decir, que sigue siendo el mismo, porque todo está contenido en la materia actual, incluidas esas partículas que son necesarias.
Pero se equivocarían totalmente, porque entonces serían imposibles fenómenos que ahora llaman tanto la atención por el calentamiento global, como el efecto invernadero, y en el próximo futuro, todas las fuentes de energía inagotables de la materia que la Fundación Cónido está desarrollando, basadas en la RME (reutilización de la materia elemental), el mismo mecanismo que ahora está dosificando la energía del Sol y las estrellas.
FCO MORENO MECO (1)
Ingeniero, Científico e Investigador de la Materia y la Energía
mteasl@hotmail.com